lunes, 29 de enero de 2007

Si hablaran los pajaros... no podrían volar

La historia viene de atrás. Ella es Marilyn, la ayudante del Dr.Fleischmann. Es una mujer peculiar, callada y a veces misteriosa. Él es "el hombre volador", un feriante que trabaja en un circo ambulante y que no dice una palabra. Literalmente no habla, porque no quiere, solo vuela. Mantienen una extraña relación, sin demasiadas palabras y en un momento dado él le pide a ella que lo acompañe de pueblo en pueblo y ella dice que no.

Ella -¿Ocupado?
Él -...
Ella -Me imagino que no quieres hablar de ello
Él -...
Ella -¿Por qué no hablas?
Él -No se me dan bien las palabras
Ella -Las palabras son cosas pesadas
Él -Como las piedras
Ella -Te ponen mucho peso,... si hablaran los pájaros no podrían volar

9 comentarios:

Anónimo dijo...

que bien que te seguimos leyendo...

Disfruta de las horas que le trabajo te deje libre.

Un abrazo a -1º

Anónimo dijo...

Muy buenas. ¿Todo bien?
Sí, buen ejemplo el de las piedras.
Pásalo bien. Ya nos contarás.

Anónimo dijo...

Pues sí, muy pesadas.
A veces me pregunto cómo nosotros podemos andar con tantas palabras a nuestras espaldas. Es como nuestra mochila personal. Lo que dices, pesa, y te acompaña el resto de tu vida.

Anónimo dijo...

Frank T dijo una vez "los pajaros no pueden vivir en el agua porque no son peces".

Me siento un pajaro en el agua al que le pesan las palabras como piedras...

Anónimo dijo...

Yo tenía una teoría un poco triste, pero que iba bastante bien. Era que es mucho mejor callar casi todo. Lo hacía hace un tiempo, he dejado de hacerlo, y... por un lado lo he disfrutado. Por otro no.
Pero lo más importante es saber a quien le estás diciendo lo que dices. En eso no me he equivocado, por suerte he tenido buenos interlocutores. Siempre se aprende.

Anónimo dijo...

Pues a veces te arrepientes de cosas que dices, ¿pero quién no se ha equivocado nunca? Y a veces sin querer.
A todos los que metemos la pata, va por nosotros.

Anónimo dijo...

Lo peor es que seguimos equivocándonos una y otra vez.
Y es que nos encanta meternos piedras en los bolsillos.. ¿Por qué?

Creo que es mejor que hagamos lo que hacía chic, que además dice que le iba bastante bien hasta que dejó de hacerlo.

Por cierto, me estoy enganchando a tu blog. Sacas temas de lo más variados, Felicidades!

Anónimo dijo...

¡Qué frase tan bonita! "si hablaran los pájaros... no podrían volar"

Acabo de leer lo siguiente, que transcribo aquí porque creo que algo tiene que ver con el tema :)

"Ángel Gabilondo, por su parte, en Menos que palabras,sugiere dos tipos de palabras que también permitiría pensar, en dos clases, a los que las usan: "Hay palabras que parecen empeñadas en dejarlo todo dicho, en atinar de modo definitivo, en dar en el blanco papel lo que son, y que ya no haya más que hablar". Son palabras, dice, insaciables. Otras no llegan a ser nunca rotundas, sustanciales ni plenas, son insuficientes, no porque digan poco, sino porque dicen lo poco: palabras pobres, que apenas muestran, más bien, todo lo que queda por decir. "

Anónimo dijo...

Pues estoy leyendo un libro que habla sobre las palabras: "Las palabras pueden ser como los rayos X si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan"
Pues nada, a hablar.