jueves, 22 de abril de 2010

El origen de la crisis es... el robo

Reproduzco parcialmente un artículo de Laurence Kotlikoff, profesor de la Universidad de Boston, leído en prensa:

"El Gobierno de Obama y el Congreso siguen ignorando el principal motivo de nuestra debacle financiera y proponiendo reformas que no darán en el clavo. El motivo fue un fraude financiero, del cual el juicio de la Comisión de la SEC contra Goldman Sachs es sólo el último escándalo.
El sector financiero, secundado por las agencias de calificación que aceptaban sobornos, por los políticos que los fomentaban y por los organismos reguladores que los ignoraban, fabricó sistemáticamente miles de millones de dólares en títulos llamados hoy tóxicos. No porque fueran peligrosos, sino porque eran falsos.
Independientemente de la inocencia de Goldman, el fraude en el sector no salió a la superficie porque los bancos eran demasiado grandes, estaban demasiado endeudados y excesivamente interconectados, aunque esto agravó en gran medida la caída financiera y exigió su apuntalamiento.
La causa del fraude. El fraude surgió porque una inmensa mayoría del negocio financiero decidió hacer dinero al estilo tradicional: robándolo. Cuando se emiten hipotecas falsas, se califican activos CCC como AAA, se asegura lo inasegurable, se regala a uno mismo unas primas elevadísimas y totalmente inmerecidas, se compran a organismos reguladores obedientes y se sobornan a políticos para que cambien las normas, eso es simple y llanamente un robo.
La información confidencial y el comercio de dominio público fueron las claves del delito: "Le forraremos. Pero no haga preguntas. Si lo revelamos, otros aprenderán de nosotros y ya no podremos reventar el mercado."
Como si todo el mundo pudiera reventar el mercado. Y como si únicamente los genios de Wall Street tuvieran la información confidencial. Pero la información que mantenían confidencial fue su venta del Bálsamo de Fierabrás. Cuando el fraude salió a la superficie, también lo hicieron las preguntas. ¿Eran todos los activos tóxicos? ¿Estaban todos los préstamos sobrevalorados? ¿Eran fiables los estados financieros? Estas preguntas se plantearon a todos los bancos, independientemente de su pedigrí, de la ocupación de su alta dirección, o de su organismo regulador.
Y esta nueva información, que no era tal, arrasó con las empresas financieras una tras otra. Hoy, tras más de dos años de crisis, prevalece la opacidad. Nadie puede horadar en Internet para saber las participaciones individuales y las responsabilidades de las principales instituciones financieras, y menos aún las de nuestro banco central, la Reserva Federal, que emitió 1,5 billones de dólares para comprar todas las existencias, vaya usted a saber exactamente de qué.
Nadie cambiará algo real por papeles bancarios, que de repente parecen no tener valor y cuya inspección no está permitida. De ahí que la plaga financiera, extendida por la verdad o por rumores, puede golpear a cualquier elemento de nuestro sistema financiero en cualquier momento. Y si golpea a nuestro banco central, el todopoderoso dólar encontrará pocos adeptos. La Reserva Federal ya ha establecido las bases para esta hiperinflación mediante la impresión de más dinero en dos años que en toda la historia de la república."

Dire Straits con Money for nothing.

1 comentario:

pablo dijo...

porque el sistema si no se corrompe no tiene por qué ser malo, o no lo sabemos. Lo que está claro es que han fallado los controles. Montarán otro sistema los mismos perros...
Por cierto, se está poniendo muy cosmopolita esto, ¿que carallo di?